En este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, conoce un poco más a Rosa Arias, seleccionada como una de las 100 Mujeres Top en Empresas Sociales por la red Euclid en 2022.

Rosa Arias es fundadora y CEO de Science for Change, una empresa que tiene el objetivo de abordar retos ambientales, sociales y de salud que afectan a la ciudadanía por medio de estrategias participativas. Rosa es una ingeniera química de L’Hospitalet de Llobregat, aunque su familia es de origen 100% gallego como buena hospitalense. Es apasionada de la ciencia ciudadana, la investigación responsable y colaborativa, y del papel de la mujer en la ciencia. También es conocida por ser la creadora de OdourCollect, una app gratuita para construir mapas de olor colaborativos y monitorizar la contaminación por olor en comunidades afectadas.

Empecemos por el principio, ¿cuál fue tu primer contacto con la ciencia?
Soy una persona muy curiosa a la que siempre le han encantado las matemáticas y la química. Ser capaz de resolver problemas y entender cómo funciona el mundo es algo que me apasiona. Desde pequeña he luchado para no dejarme influenciar por la sociedad y demostrar que las ciencias también son para las mujeres. Estaba muy orgullosa de sacar mejores notas que los chicos de mi clase. Ahora actúo como referente en los proyectos que desarrollamos en Science for Change para motivar a más niñas a escoger carreras STEM, si es eso lo que les gusta.

¿Qué es lo que más te gusta de ser científica?

Me gusta mucho el fomento del pensamiento crítico, el no creer en las cosas simplemente porque te lo dicen o porque salen en la tele. Y creo que este es un problema que afecta a la sociedad. Esto te hace plantearte muchas preguntas y tener una mente inquieta. Una cosa buena de ser científica o ingeniera es la búsqueda continua de soluciones. No puedo dejar de pensar en cómo mejorar la sociedad o nuestro planeta. Este es uno de los aprendizajes principales que nos inculcan en la carrera: tener pensamiento crítico para dudar de todo y querer mejorarlo.

¿Cómo surgió SfC?

Era una voluntad que tenía desde hace muchos años, porque siempre he tenido muchas ideas, pero normalmente me encontraba con jefes que no me dejaban ejecutarlas. El plan era intentar tener algo por mí misma y poder hacer lo que creía que era bueno para la sociedad, cambiarla, o al menos, intentar mejorarla a través de la ciencia y de la participación de la ciudadanía en los procesos de investigación. Como experta en olores, en 2016 creé la App OdourCollect y después, en mi tiempo libre, busqué financiación para escalarla. Para ello, en 2017 monté el consorcio de 14 socios europeos y escribí el proyecto H2020 D-NOSES, con el objetivo de validar una metodología basada en ciencia ciudadana para monitorizar la contaminación por olor e introducir la problemática en las agendas públicas, ya que es un tipo de contaminación no regulada, a pesar de ser la segunda causa de queja medioambiental después del ruido. Desde el principio estaba prevista la creación de SfC, que finalmente sucedió en enero de 2019. Tres años después, hemos conseguido estar posicionados a nivel europeo como expertos en ciencia ciudadana, investigación colaborativa y comunicación en ciencia, tenemos 9 proyectos europeos aprobados y un equipo de 15 personas.

¿Por qué crees que es una institución necesaria?

Porque para abordar los grandes retos sociales como el cambio climático es necesario hacer ciencia de forma participativa, generando conocimiento desde abajo e involucrando a la población, quienes son los conocedores de su entorno local. Cuando se hace ciencia con la ciudadanía, se contribuye a diseñar mejores sistemas, el resultado es mucho más atractivo y alineado con las necesidades de la sociedad. Además, se generan nuevos datos que informan a las autoridades públicas para la monitorización de problemáticas de todo tipo y la creación de nuevas regulaciones basadas en la evidencia, de manera que se beneficia a la sociedad en su conjunto.

Las Naciones Unidas celebran hoy el Día Internacional de la Mujer bajo el lema “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”. ¿Cómo contribuye SfC a la igualdad de género?

Lo primero es que Science for Change es una empresa compuesta en un 87% por mujeres. Incorporamos la perspectiva de género en todas nuestras investigaciones, por lo que hemos conseguido que en nuestra App OdourCollect un 71% de las observaciones hayan sido aportadas por mujeres. En nuestros proyectos, las mujeres de SfC actuamos como referentes femeninos en la ciencia para romper con los estereotipos de género. Además, desde el proyecto europeo TRANSFORM estamos desarrollando un piloto de investigación sobre endometriosis, para que las personas que padecen de este trastorno (un 15% de las mujeres en edad fértil) se vean involucradas en la toma de decisiones, mejorando su atención y reduciendo el tiempo de diagnóstico desde los actuales 8 años de media.

Un 87% es un porcentaje impresionante, ¿por qué te gusta tanto trabajar con mujeres?

Puede que sea un porcentaje impresionante para Science for Change, pero el escenario es muy diferente en las carreras de investigación en España, donde la proporción de mujeres no ha mejorado en 10 años, manteniéndose en un 39%. Los techos de cristal siguen estando muy presentes y para las mujeres es muy difícil ascender a medida que avanzan en su carrera investigadora. Es por eso que si tengo la oportunidad de facilitar la participación de las mujeres en la ciencia al emplearlas en SfC, ¡lo hago!

Este año has sido seleccionada por la Euclid Network como una de las Top 100 Women in Social Enterprise para el 2022. ¿Cómo te sientes?

¡Es un gran honor recibir este reconocimiento por mi trabajo! Creo profundamente en la eficacia de involucrar a la ciudadanía para generar nuevas evidencias y participar en los procesos de toma de decisiones que nos afectan a todos y todas de manera directa. Desde Science for Change seguiremos trabajando para facilitar este cambio de paradigma tan necesario.

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