¡Vuelve “Veïns” y lo hace con mucho arte! Y es que, en este primer programa del año, Rosa Arias ha compartido con la audiencia varios proyectos de Science for Change que combinan arte y ciencia.

El arte es un lenguaje que estimula las emociones, implica al público que lo observa o disfruta y provoca reacciones. Es un gran instrumento para acercar la ciencia a la ciudadanía, para que así, pueda entenderla de otra forma.

Tanto el arte como la ciencia son disciplinas que se estudian y practican desde el inicio de la humanidad, no es ninguna novedad esta simbiosis entre ambas disciplinas. Las pinturas rupestres son un claro ejemplo de ello; representaban animales, seres humanos, figuras, símbolos, el medio ambiente que los rodeaba… incluso el comportamiento habitual de las colectividades y su interacción con otros animales o técnicas de caza. Era su manera de dejar patente su día a día e incluso el uso de las técnicas del momento.

Tan importante es la simbiosis arte/ciencia que desde el Joint Research Centre de la Comisión Europea han publicado un informe de políticas sobre cómo se nutren la una a la otra. Algunas conclusiones de este informe son:

  • El arte conecta la ciencia con las emociones: habla un lenguaje comprensible por la sociedad – rompe barreras y genera empatía de cara a conceptos científicos complejos"
  • El arte basado en la investigación científica es una herramienta transdisciplinaria muy poderosa para implicar a la gente en la investigación científica y sus métodos."
  • Tiene un gran potencial de transformación e innovación contribuyendo a la producción de conocimiento o promoviendo cambios en las normas y comportamientos socioculturales."
  • Cuando se incluye en el proceso científico, el arte puede ser una potente herramienta para desarrollar políticas porque favorece espacios de diálogo mutuo"

Como indica este informe de políticas, el arte puede ayudar a los científicos a implicar a la ciudadanía en la investigación, y puede hacer nacer entre las personas participantes, la necesidad de expresarse a través del arte.

En Science for Change hemos estado involucradas en el proyecto europeo TRANSFORM en un piloto sobre ciencia ciudadana y la salud de mujeres con endometriosis. Durante el proyecto, 20 mujeres diagnosticadas con endometriosis actuaron como coinvestigadoras, teniendo un rol activo en las fases de recogida de datos, en la formulación de recomendaciones y en la difusión de los resultados.

La artista Laura Fraile realizó una serie de ilustraciones que plasman el proceso seguido durante el proyecto piloto. Noe Pitarque, una de las mujeres participantes en el proyecto, a raíz de ver las ilustraciones del proyecto y del impacto de estas, quiso plasmar en imágenes su experiencia personal. Sus ilustraciones son representativas de los resultados de las sesiones, de los sentimientos y sensaciones durante el proyecto… Representa una forma de explicar su experiencia a través de imágenes.

Otro ejemplo de arte y ciencia, y de cómo la relación se remonta a miles de años atrás, es el tema de los olores. El sentido del olfato es muy importante, y tiene un gran componente “estético”. A todo el mundo nos gusta oler bien, pero ¿qué significa oler bien? ¿Y desde cuánto la humanidad se ha preocupado por oler bien?

Las primeras noticias escritas que nos han llegado sobre el uso de los perfumes las encontramos en las civilizaciones de la Mesopotamia, cuna cultural de la civilización occidental. Una tableta que data de hace más de 3.000 años, identifica a una mujer llamada Tapputi como la primera fabricante de perfumes registrada y considerada primera mujer química.

Los antiguos egipcios fueron los primeros en incorporar el perfume a su cultura. Hacían perfume destilando ingredientes naturales con aceites no perfumados. Los olores más populares eran florales, leñosos y afrutados. Además, se cree que Cleopatra ideó el primer laboratorio de perfumes documentado. 

¿Y qué hemos hecho en Science for Change para crear una experiencia artística y científica sobre el olor?
El taller C-OLORES de Alejandría.

El olor no se ve ni se toca, pero nos acompaña día a día y estimula el más antiguo y complejo de nuestros sentidos: el OLFATO. María de Alejandría, la madre de la alquimia, inventó un objeto para atrapar el olor: el alambique. ¿Cómo puedo materializar un elemento invisible e impalpable? María de Alejandría se hizo esta pregunta por primera vez, hace 20 siglos

En este taller, los y las participantes pueden explorar en el laboratorio técnicas para extraer esencias y hacerlas visibles al diluirlas en pinturas fluorescentes y luces UV.

Un taller educativo que une arte y ciencia y que invita al participante a recorrer un camino donde experimenta con la creación de esencias aromáticas para convertir los aromas en colores, que se ven y se tocan. En este taller hablamos de la historia de una mujer científica, que con sus inventos, nosotros y muchos antes hemos podido hacer ciencia y arte.

Éste es un ejemplo del mundo de posibilidades que lleva no separar ciencia y arte. Todo tiene su ciencia, todo tiene su arte y todo tiene su historia.

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